Una mesa en lo nuevo de Big Mamma.
Big Mamma desembarca en Barcelona con su primer restaurante dedicado a los años dorados italianos
Un canto al glamour sin remilgos de los años 60 y 70, y a la opulencia del diseño y el sabor made in Italy.
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La dolce vita ha encontrado su nueva embajada en el corazón de Barcelona. El afamado grupo Big Mamma, conocido por su interpretación extravagante y auténtica de la cocina italiana, desembarca por primera vez en la Ciudad Condal con Gloria Osteria, un restaurante que es mucho más que un lugar para comer: es un homenaje viviente a los años dorados de Italia, al glamour sin remilgos de los años 60 y 70, y a la opulencia del diseño y el sabor made in Italy.
Ubicado en el sofisticado barrio de l’Eixample, Gloria Osteria abre sus puertas con una declaración de intenciones: ofrecer una experiencia sensorial completa. Y vaya si lo logra. Nada más cruzar su majestuosa puerta de cristal, los comensales son recibidos por más de 1000 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, diseñadas con una teatralidad que roza lo cinematográfico.
El responsable de esta escenografía es Studio Kiki, el estudio interno de Big Mamma, que ha combinado mármoles italianos, chandeliers de Murano de cuatro metros de altura y esculturas de luz del aclamado Jacopo Foggini para transportar al visitante a una Italia elegante, glamurosa y absolutamente irresistible.
Gloria, Barcelona.
Pero si el continente es un espectáculo, el contenido no se queda atrás. Bajo la batuta del chef ejecutivo Daniele Tasso y el chef Gilberto Renna —recién llegado de Puglia—, el menú de Gloria es una sinfonía de sabores italianos con vocación artesana y corazón contemporáneo.
Los productos, provenientes de 170 artesanos italianos, elevan cada plato a una oda a la autenticidad. De la burrata de Salvatore Montrone al atún Belfagó en salsa tonnata, pasando por los casoncelli de bogavante y las pizzas gourmet con tartar de gambas rojas, cada bocado evoca la esencia pura de la península.
La carne, por su parte, se convierte en protagonista en el grill, donde destaca el Tomahawk de 1,3 kg: una pieza que, más que un plato, es una experiencia. Y para acompañar, una carta de vinos italianos orgánicos que invita al descubrimiento, con más de 70 referencias que van desde un Chianti Classico Riserva 2022 hasta un refinado Barolo Brunate 2017.
Los postres de Gloria.
Los postres no se quedan atrás en esta puesta en escena gastronómica: el tiramisù al pistacchio y la degustación de gelatini artesanales prometen cerrar la velada con un suspiro. ¿Y después? Un carrito de digestivos con más de 15 referencias de licores y amari italianos recorre las mesas para dar el toque final con estilo y sabor.
Mención aparte merece su terraza, un rincón escondido entre la arquitectura modernista del Eixample, que funciona como refugio íntimo para quienes buscan desconectar sin salir de la ciudad, rodeados por un ambiente de bellezza pura.
